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Boomburb

El término Boomburb sirve para designar, dentro de una región metropolitana, a todo área urbana que cumpla los siguientes requisitos: 1. No ser la mayor ciudad de tal región. 2. Contar con más de 100.000 residentes. 3. Marcar registros anuales de crecimiento superiores al 10% en sus primeros diez años de vida. Tales condicionantes hacen que hasta el momento el uso de este término se haya restringido a zonas de efervescencia económica extraordinaria, y que entre éstas, haya sido aplicado preferentemente al contexto geográfico donde se fraguó y eclosionó: Desde 1950 a 2000, los Estados Unidos han visto aflorar un total de 53 boomburbs, la inmensa mayoría de ellos localizados en el Sunbelt, al Suroeste del país.

Boomburb

Según Robert E. Lang, Director de investigaciones urbanas de la Fannie Mae Foundation, "Boomburbs are urban in fact, but not in feel". El boomburb es una entidad técnicamente urbana, pero su apariencia desconcierta: Mientras que el crecimiento suburbano de última generación se crea a semejanza de la imagen idealizada de sus ciudades matrices, esto es, mezclando residencia de alta y baja densidad, áreas de centralidad de oficinas y calles destinadas al comercio, esa coherencia se pierde en el boomburb. No contando con un núcleo denso, se convierte en una amalgama imposible de viviendas, comercio, oficinas y locales de ocio, inasequible a cualquier analogía con la ciudad tradicional. En un contexto territorial marcado por el agotamiento de la dialéctica centro-periferia, el boomburb se convierte en un paradigma suburbano alternativo: La indiferenciación absoluta tiene como consecuencia la desaparición de los bordes, y no existen más límites para su crecimiento que los que fijan las infraestructuras: Las de abastecimiento, especialmente del agua, su recurso más perentorio para subsistir en el clima generalmente árido que les rodea, y las de transporte, que aúpan al automóvil privado al papel protagonista exclusivo de la movilidad.

Como consecuencia lógica de su carácter explosivo, no es infrecuente que la planificación del boomburb se quede corta en la satisfacción de las ingentes demandas, haciendo que los problemas de suministro y la congestión del tráfico sean tan habituales como difícilmente resolubles. A pesar del formidable esfuerzo tecnológico, tras el fogonazo de los números, estas ciudades definidas en base a parámetros cuantitativos quedan reducidas a huesos unidos por poca piel. Espectros que paradójicamente presagian memorias del subdesarrollo.

Bibliografía

  • GARREAU, Joel. Edge City: Life on the New Frontier. Nueva York: Doubleday, 1991

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