Ciudad Cánibal
El término caníbal, empleado habitualmente para describir a todo organismo que se alimenta de la carne de individuos de su misma especie, mantiene su significado al asociarse al término ciudad. Como tal, entendemos aquella que en su proceso de crecimiento y expansión territorial engulle cualquier otra entidad urbana que se encuentre a su paso. Se trata de una caracterización organicista de la ciudad, que recurre a la analogía con fenómenos naturales para revelar la vertiente más irracional de su comportamiento. El canibalismo se convierte en referente válido para ilustrar aquellas situaciones en las cuales la expansión de la ciudad queda sujeta a los vaivenes del libre mercado y los cambiantes intereses que fomentan la especulación inmobiliaria, poniendo en entredicho la eficacia de cualquier regulación, normativa o planeamiento.
Una contradicción de la ciudad caníbal reside en que la asimilación de los organismos que ingiere es lenta y laboriosa, mientras que su apetito voraz no le deja tiempo para siquiera masticar. Si la delicada trabazón que Olmsted procuraba para ligar sus proyectos urbanos a la ciudad se inspiraba en la técnica de transplantes desarrollada por la ciencia del siglo XIX, la ciudad caníbal confía con mentalidad primitiva en que la ingestión de los órganos del donante produzca un efecto reparador. El retroceso de la función pública provoca desequilibrios graves en la eficacia de las infraestructuras, la profesionalidad de la policía y la calidad del equipamiento urbano, que son confiadas a la acción de órganos administrativos descoordinados cuya capacidad de respuesta depende exclusivamente del nivel adquisitivo de los habitantes que los financian.
Con toda seguridad, y en la vorágine del crecimiento, el carácter irreflexivo de la ciudad caníbal le impide distinguir los verdaderos síntomas del mal que la aqueja de las molestias lógicas de una digestión pesada. El fallo en el diagnóstico produce, inevitablemente, complicaciones difíciles de solucionar.
Autores
Mike Davis es en la actualidad una de las voces más respetadas en el debate contemporáneo sobre las ciudades de Estados Unidos. Es autor de numerosos escritos que interpretan la ciudad de Los Angeles desde una perspectiva amarga y crítica, que ha servido para forjarle una inmerecida reputación de enfant terrible de la escena norteamericana. Promotor del recrudecimiento de las visiones negativas sobre la metrópolis de final del siglo XX, su visión sigue el hilo sociológico de la corriente crítica que Georg Simmel inauguró en el Berlín de comienzos del siglo XX y a la que la Escuela de Chicago dio continuidad en la ciudad americana.
Bibliografía
- DAVIS, M. City of Quartz. Nueva York: Vintage, 1991.